El camino recorrido…

Hago tangible la manera de conservar tus recuerdos.

Para que llegues a comprender qué significa esta frase como la entiendo yo, debes conocer el camino que me ha llevado hasta aquí.

Mi nombre es Inma y llegué al mundo un viernes 13 de primavera. Soy persona, evidente, pero es lo principal. Después soy mamá, mujer, emprendedora, artesana certificada por la Junta de Castilla y León, residente en un pueblecito de la provincia de León, creativa e inquieta.

Estas dos últimas cualidades son las que me han llevado hasta aquí.

Hace seis años no me hubiera planteado emprender, ni de broma. Trabajaba por cuenta ajena, de lunes a viernes, jornada completa, vacaciones y librando los festivos. Hasta que un día algo hizo crack en mi espalda, pensé en un tirón como otro cualquiera. Empezó el periplo de médicos, pruebas, más pruebas y más médicos.

«Inma, tienes una enfermedad degenerativa en la columna y te vas a quedar en silla de ruedas»

Tenía dos opciones:

– Quedarme hecha un ovillín en el sofá mientras la vida pasaba
O
– Echarle un pulso al diagnóstico y ver quién gana (soy testaruda)

Evidentemente elegí la segunda opción y ¡aquí estoy! a batalla diaria.

En estos seis años he ido descubriendo mucho sobre la creatividad. Hacer deco para mi casa me llevó a investigar y caí en la trampa del papel. Sí, es una trampa, te atrapa este mundo tan bonito con tanto color, tanta variedad… Amor puro.

En 2017 me di cuenta que el scrapbook era mucho más que un hobby, que no debía dejarlo solo en mi casa.

Aprovechando la boda de unos amigos, decidí exponer a la opinión pública el primer álbum que creaba y no era para mi. Lo de dar el dinero así, a palo seco, me parecía ya muy frío.

Y ahí cambió todo. Tuvo una acogida increíble y las conversaciones a raíz de ese primer álbum me lanzaron al mundo más allá de las paredes de mi casa. Así nació De papel y tela.